Monday, August 07, 2006

Quehaceres Domésticos

Los espacios, estereotipos y prácticas culturales chilenas -tanto de “lo masculino” como de “lo femenino”- expuestas a nuevas posibilidades a partir de desfases entre los modelos tradicionales y contemporáneos, han ocasionado una confrontación simbólica y de roles que expresa la sensación de una crisis.

Abordar ésta, con sus particularidades localistas urbanas desde la experimentación temática-material de las artes visuales, implica considerar que la masculinidad es una noción fluida y situacional, que se define y redefine en un proceso de construcción cultural que lleva implícito las diferencias genéricas de poder y, en consecuencia, su expresión a nivel simbólico y de las representaciones colectivas.

En el diagnóstico de crisis de las instituciones modernas y al ordenamiento en sus espacios de acción y de tránsito hacia una nueva etapa – de modernidad a posmodernidad; crisis del Estado y explosión de las identidades- no resulta sorprendente el diagnóstico de crisis aplicado a la construcción cultural de género, a la edificación tradicional del hombre: la masculinidad; de la mujer: la feminidad.

Ante muchas contradicciones contemporáneas, en el momento en que el hombre y lo masculino, en tanto sujeto y condición de lo universal, pasan a ser objeto de crítica y cuestionamiento, aparece la posibilidad de una revisión de los modelos que configuran el orden de las relaciones de género y de las representaciones simbólicas pertenecientes a nuestra sociedad, lo que abre un camino hacia la superación de las mismas, pero también a un proceso de repliegue y reacción.

Emergen así [los] qué-haceres domésticos, como objetos de las imágenes y estereotipos que aluden al hombre proveedor, exitoso, de fuerza y energía en movimiento, a los cuerpos sexuados, domados por los usos y las modas, proyecciones de la invasiva pornografía de la vida cotidiana. La puesta en escena de nuestro imaginario colectivo permite un tratamiento visual que cuestiona, invierte, exagera y omite los signos y significados que elaboramos.

En este sentido, es claro que los cambios acaecidos no han reconstruido las dinámicas de las relaciones tradicionales entre los géneros. Por tanto, la “crisis” podría ser sólo la manifestación exagerada, una reacción frente a los avances de las mujeres para alcanzar el status de sujetos en la sociedad occidental.